Los Filisteos: La Historia de los Enemigos Más Notorios de los Antiguos Israelitas

ISBN: 9781981650194
$9.99
“Goliat se detuvo ante los soldados israelitas, y los desafió: ‘¿Para qué están ordenando sus filas para la batalla? ¿No soy yo un filisteo? ¿Y no están ustedes al servicio de Saúl? ¿Por qué no escogen a alguien que se me enfrente? Si es capaz de hacerme frente y matarme, nosotros les serviremos a ustedes; pero, si yo lo venzo y lo mato, ustedes serán nuestros esclavos y nos servirán’. Dijo además el filisteo: ‘¡Yo desafío hoy al ejército de Israel! ¡Elijan a un hombre que pelee conmigo!’ (…) David le contestó: ‘Tú vienes contra mí con espada, lanza y jabalina, pero yo vengo a ti en el nombre del Señor Todopoderoso, el Dios de los ejércitos de Israel, a quien has desafiado. Hoy mismo el Señor te entregará en mis manos; y yo te mataré y te cortaré la cabeza. Hoy mismo echaré los cadáveres del ejército filisteo a las aves del cielo y a las fieras del campo, y todo el mundo sabrá que hay un Dios en Israel’”. (I Samuel 17 Santa Biblia NVI) Hoy en día, el término “filisteo” es con frecuencia usado como un eufemismo para describir a una persona particularmente tosca, inculta, ignorante y posiblemente violenta. La mayoría de las personas probablemente no conoce la etimología de la palabra cuando la usan, y aquellos que sí, probablemente sólo conozcan a los filisteos como villanos del Antiguo Testamento, enemigos eternos de los hebreos antes e inmediatamente después de que éstos formaran el Reino de Israel. Otros tal vez conozcan a los filisteos gracias a la historia Bíblica de David y Goliat, puesto que el “gigante” era no sólo mucho más grande que David, sino también un líder filisteo que comandaba una gran hueste de hombres. Aunque el Viejo Testamento proporciona una fuente fiable para algunos aspectos de la cultura filistea, naturalmente los pinta como un grupo de guerreros sedientos de sangre cuyo único propósito era oprimir al pueblo hebreo/israelita. Al corroborarse con fuentes antiguas de Egipto y Mesopotamia, en conjunto con estudios arqueológicos modernos, una examinación revela que la reputación que los filisteos recibieron del Antiguo Testamento era parcialmente merecida, pero también que su cultura abarcaba mucho más.
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